Cambalache
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“cachacientos:
todo
menos prestatarios de servicio”
El servicio social es un requisito indispensable
en la vida de un universitario, es igual de importante que contar con un nombre
y apellido, pero al igual que ello, tanto el nombre como el servicio, en la
mayoría de los casos, disgustan a los involucrados.
Pero, ¿Cómo hacer entender a los responsables
de las unidades receptoras cual es el trabajo de un prestatario?
El no saber distinguir entre prestatario de
servicio y esclavo, es un tema grave a tratar y de comprender dicha diferencia.
A lo largo de la historia del servicio social,
se han desarrollado ideas erróneas y a la vez burlas del desempeño “laboral”
que realiza el universitario para cumplir con las horas requeridas. Que si ir
al servicio significa “atender al jefe”, el famoso “cafecito” o “no hay nada
que hacer pero pues ve por….” Son frases que no pueden faltar en el ambiente.
Lamentablemente, el abuso en la carga de
trabajo que principalmente no se relaciona con el rubro de estudio del
prestatario, genera apatía y desilusión por el lugar asignado y la falsa idea
que se tenía del mismo. Pero eso no es todo, es más preocupante el hecho de que
se condicione la firma de liberación del prestatario, o se amenace con ello.
No podemos permitir más abusos, amenazas, carga
de trabajo –que corresponde al encargado de área- o el amiente de celo que
provoca la poca fuente de empleo.
Si de por si es difícil salir de la burbuja
universitaria para enfrentarte al mundo real, y a lo desconocido; ¿por qué
hacerlo más difícil? Lo ideal sería auxiliar a todo prestatario de servicio, prácticas
profesionales y estadías para que en un futuro y no muy lejano, el ya no
universitario pueda decir, es un orgullo haber aprendido tanto de esta unidad
receptora.
Karly Noguez
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