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@NaileaVargas
La música es considerada una de las profesiones más
interesantes y atractivas para espectadores y artistas. Es una profesión que no difiere entre
géneros, es universal y no requiere un idioma o lenguaje específico para ser
disfrutada. Así es la música, entretenida, emocionante y en momentos vanidosa. Sin
embargo es también un mundo completamente distinto al que se pinta de manera
superficial. Llegar a la cima requiere más
que solo talento; se necesita perseverancia, ensayos y esfuerzo. Además
de eso, es necesario el profesionalismo y la responsabilidad y considerar que
en la música se debe actuar como en cualquier empleo formal.
Y como en muchos casos, las mujeres dedicadas a esta bella
profesión se ven inmersas en el complejo mundo del machismo. En México la
situación de las mujeres ha evolucionado considerablemente, muy a pesar de eso
es importante considerar que aún falta mucho por hacer para lograr la completa
aceptación democrática de este mal llamado sexo débil.
Las complicaciones con las que se enfrenta una mujer que
desea trabajar en este ambiente son muchas, empezando en primer lugar por la
formulación de estereotipos. Hablaré pues, de lo más cercano con lo que me he topado. Un amigo músico me decía que para formar
la buena imagen de una agrupación debían
ser contratadas mujeres de cuerpo escultural con minifaldas y bello rostro. No
obstante, el acoso sexual se hace visible. Posteriormente, en el ambiente es
fácil toparse con drogas y alcohol y para terminar hay mujeres que
definitivamente no son contratadas porque se cree que son causantes de
problemas entre músicos o pueden terminar con el matrimonio de alguno de ellos…
ante esto, ¿qué puedo decir?
Este ambiente es complejo, y solo se requiere respeto por uno
mismo para sobresalir; profesionalismo para trabajar adecuadamente y dignidad
para ser respetado.
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