TAMBIÉN SON MEXICANOS.
Por: Sol Campero.
Les tratan como algo ajeno y aparte del resto de
la sociedad segregándolos a sus comunidades,
aislándolos de la vida cotidiana, de los ejercicios
de democracia y lamentablemente lacerando sus
derechos humanos y civiles, son la sombra de lo que
fueran las raíces mexicanas, los indígenas.
Y a pesar de que se incorporo el reconocimiento sobre
la “composición pluricultural sustentada en sus pueblos
indígenas” (art. 2o) en la constitución mexicana, donde
se reconocen los derechos individuales y colectivos
de quienes asumen su condición indígena. La manía
latente en el consiente colectivo de minorarlos,
de discriminarlos por su sola condición, debe ser
erradicada.
No podemos permitir que sigan ejerciendo
arbitrariedades tales como, condenarlos sin un juicio
previo y justo porque no existen traductores de
lenguas indígenas, negarles un empleo por sus rasgos
fisonómicos, privarlos de la educación, de una vivienda
de calidad, derechos de salud o en el peor de los
escenarios asesinarlos para callar sus protestas.
Es increíble y avergonzante que a estas alturas
sigan existiendo pensamientos tan arcaicos que no
reconozcan el valor de la diversidad étnica, la cual le
da riqueza a la cultura mexicana, este legado no sólo
para nosotros, sino también para otras sociedades,
quienes a veces ponen el ejemplo y se maravillan con
los grupos indígenas aun existentes en el territorio
nacional.
Hoy la situación del país pone de manifiesto que
estamos en un profundo hoyo de impunidad y de
violencia, en el que el gobierno voltea la cara hacia otro
lado. Así que sencillamente nos toca que hacer una
conversión de pensamiento, en el cual la posibilidad
de coexistir en paz por la simple condición humana,
sea posible y reconozcamos sus derechos, porque no
existen verdaderas diferencias entre unos y “otros”,
al final del día todos y cada uno de nosotros somos
mexicanos.
Por: Sol Campero.
Twitter:@LeonoraZolezkaa
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