CON LA RIENDA
Danya
Angélica Gálvez Ordóñez
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@AngiiGalOrd
Tradición
en la obscuridad
Siempre
es bueno conversar con las personas, que dedican un poco de su tiempo a leer lo
que escribes con tanta pasión.
Una de
estas personas, me pregunto, ¿Por qué defiendes y hablas con tanta pasión y
respeto de la charrería? Rápidamente respondí, quizá porque este tema es de
interés personal, sentimental y me enorgullece saber que mi familia ha
destacado en este ámbito.
Intrigada,
así fue como quede después de esta pregunta, mi respuesta fue solo una pequeña
partícula de lo que me motiva, entonces me senté, tome mi libreta e hice una
larga lista de lo que me motiva, quizá muy personal, pero una simple pregunta
termino en toda una columna.
Hidalgo
es el bello estado en el que vivo, en cuya historia narra el nacimiento de
deportes como el futbol, tenis y golf, deportes traídos por los ingleses en la
época de auge de la minería en el estado, y por supuesto, cuna de la charrería,
deporte que surgiría en el año 1880, en el municipio de Apan.
Los
deportes más destacados en el estado han sido, el futbol y la charrería,
teniendo el primero una enorme difusión con los medios de comunicación, en
contra parte con la charrería, a la que algunos, solo le dedican pequeños
espacios a eventos con mayor relevancia en el registro de la Federación
Mexicana de Charrería.
Quizá las razones anteriores parezcan pocas,
pero, por qué no darle la importancia que este deporte merece por tradición,
desempeño, trayectoria y rectitud, sobre todo si tomamos en cuenta que la
imagen del charro es nuestra representación nacional en otros países.
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