domingo, 9 de noviembre de 2014

A nivel de cancha



A nivel de cancha

Árbitro ciego
por Silvia Hoyos     Twitter: @_silviahl


“Árbitro ciego” es una frase que constantemente hemos escuchado en cualquier deporte que requiera de su labor, sobre todo en el fútbol.
En los estadios, en la casa, en un bar, todos alguna vez hemos calificado al árbitro como una persona a la cual le falla la vista.
Sin duda alguna, es el fútbol la disciplina deportiva que más sufre por fallas arbitrales. El basquetbol cuenta con tres árbitros; al ser un deporte con menores dimensiones, es mas factible apreciar mejor las jugadas. El fútbol americano cuenta con siete árbitros y una gran ventaja es que ellos pueden basarse en la tecnología para tomar decisiones que no repercutan al juego. La pregunta es, ¿Por qué el fútbol (al menos el mexicano) es el deporte que más padece de malas decisiones arbitrales? Un  ejemplo reciente (y no es porque sea Chivas) fue en el clásico nacional cuando no le sancionaron un penal en contra del conjunto azulcrema que pudo haberle dado una victoria a Chivas. Al ver la repetición, se puede apreciar que el árbitro vio toda la acción y no quiso meterse en problemas aprobando un penalti que pusiera ‘caliente’ el juego. Habremos de entender que un árbitro es una persona común y corriente que puede tener errores pero hay veces que no hay ni como ayudarlos ni justificarlos. Actualmente, por lo que he apreciado en partidos de fútbol, el árbitro ha perdido peso y autoridad en la cancha; algunos jugadores le faltan el respeto y para no meterse en problemas, los silbantes muestran un arbitraje soso y muy tranquilo para no afectar a un equipo ni a otro. Jugadores, directivas y entrenadores continuamente se han quejado cuando su equipo se ve afectado por decisiones sentenciadas por los silbantes, incluso llegan a apelar a la FMF con la intención de que el arbitraje sea mejor.
Durante la semana pasada se habló de un posible paro de labores por parte de los árbitros ya que sus inquietudes no son escuchadas, están hartos de las formas en que los tratan y de las fricciones que existen con la federación.
El mal arbitraje en México y la posible “huelga” es porque la comisión de arbitraje es denigrante, no hay nadie capaz de tomar las riendas de algo tan importante en el fútbol. El arbitraje no solo es llegar y pitar faltas durante 90 minutos; todo tiene una estructura y un sistema. Por desgracia, el mexicano está por los suelos y si no se hace algo pronto, el arbitraje seguirá en decadencia. Desde que Rafael Mancilla dijo el año pasado que algunas directivas de televisoras le pedían no hacer árbitros perfectos porque los dejan sin ‘raiting’, la credibilidad de este señor cayó por los suelos. Mancilla debe de dejar  la comisión de arbitraje, no sabe lo que hace y no tiene la imagen pulcra como debería de tenerla. Una reestructuración es lo que hace falta, que los que saben se encarguen de un gremio arbitral que requiere mucha organización. Por desgracia, el fútbol mexicano, desde directivos, comisiones y demás, está en crisis, no es posible que ahora se sume el arbitraje que es algo elemental para que el balompié mexicano pueda tener credibilidad y fama tanto en federaciones internacionales como en aficionados.
Así como los jugadores y entrenadores necesitan una preparación, los árbitros también la requieren. Muchas veces criticamos a los árbitros, pero reconozcamos que es comprensible el grito que piden por una mejor capacitación para que así ellos, tampoco hagan las cosas tan burdas y malas que ya es costumbre ver cada fin de semana.

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