A nivel
de cancha
Árbitro ciego
por Silvia Hoyos Twitter: @_silviahl
“Árbitro ciego” es una frase que constantemente hemos escuchado en
cualquier deporte que requiera de su labor, sobre todo en el fútbol.
En los estadios, en la casa, en un bar, todos alguna vez hemos
calificado al árbitro como una persona a la cual le falla la vista.
Sin duda alguna, es el fútbol la disciplina deportiva que más
sufre por fallas arbitrales. El basquetbol cuenta con tres árbitros; al ser un
deporte con menores dimensiones, es mas factible apreciar mejor las jugadas. El
fútbol americano cuenta con siete árbitros y una gran ventaja es que ellos pueden
basarse en la tecnología para tomar decisiones que no repercutan al juego. La
pregunta es, ¿Por qué el fútbol (al menos el mexicano) es el deporte que más
padece de malas decisiones arbitrales? Un
ejemplo reciente (y no es porque sea Chivas) fue en el clásico nacional
cuando no le sancionaron un penal en contra del conjunto azulcrema que pudo
haberle dado una victoria a Chivas. Al ver la repetición, se puede apreciar que
el árbitro vio toda la acción y no quiso meterse en problemas aprobando un
penalti que pusiera ‘caliente’ el juego. Habremos de entender que un árbitro es
una persona común y corriente que puede tener errores pero hay veces que no hay
ni como ayudarlos ni justificarlos. Actualmente, por lo que he apreciado en
partidos de fútbol, el árbitro ha perdido peso y autoridad en la cancha;
algunos jugadores le faltan el respeto y para no meterse en problemas, los silbantes
muestran un arbitraje soso y muy tranquilo para no afectar a un equipo ni a
otro. Jugadores, directivas y entrenadores continuamente se han quejado cuando
su equipo se ve afectado por decisiones sentenciadas por los silbantes, incluso
llegan a apelar a la FMF con la intención de que el arbitraje sea mejor.
Durante la semana pasada se habló de un posible paro de labores
por parte de los árbitros ya que sus inquietudes no son escuchadas, están
hartos de las formas en que los tratan y de las fricciones que existen con la
federación.
El mal arbitraje en México y la posible “huelga” es porque la
comisión de arbitraje es denigrante, no hay nadie capaz de tomar las riendas de
algo tan importante en el fútbol. El arbitraje no solo es llegar y pitar faltas
durante 90 minutos; todo tiene una estructura y un sistema. Por desgracia, el
mexicano está por los suelos y si no se hace algo pronto, el arbitraje seguirá
en decadencia. Desde que Rafael Mancilla dijo el año pasado que algunas
directivas de televisoras le pedían no hacer árbitros perfectos porque los
dejan sin ‘raiting’, la credibilidad de este señor cayó por los suelos.
Mancilla debe de dejar la comisión de
arbitraje, no sabe lo que hace y no tiene la imagen pulcra como debería de
tenerla. Una reestructuración es lo que hace falta, que los que saben se
encarguen de un gremio arbitral que requiere mucha organización. Por desgracia,
el fútbol mexicano, desde directivos, comisiones y demás, está en crisis, no es
posible que ahora se sume el arbitraje que es algo elemental para que el
balompié mexicano pueda tener credibilidad y fama tanto en federaciones
internacionales como en aficionados.
Así como los jugadores y entrenadores necesitan una preparación,
los árbitros también la requieren. Muchas veces criticamos a los árbitros, pero
reconozcamos que es comprensible el grito que piden por una mejor capacitación
para que así ellos, tampoco hagan las cosas tan burdas y malas que ya es
costumbre ver cada fin de semana.
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