domingo, 9 de noviembre de 2014

Cambalache



Cambalache
 


                               
                               @92Noguez  
                                       Strellitadelsur_92@hotmail.com

       
 
“NOVIA O CARRO”


Un automóvil en sí es un gasto grande y de esfuerzos,  más aun si se trata de un vehículo de agencia, donde las tasas de interés incrementan el precio del mismo, casi al doble de su valor comercial, claro, firmando el contrato la devaluación de la unidad se hace presente.

Y qué decir del súper negocio que realizan agencias  y aseguradoras, con sus ofertas falsas y poco convenientes para el “asegurado”. Y es que, en la mayoría de los casos una empresa de esta índole solo se queda en el nombre, porque en un accidente o robo de cualquier parte del vehículo o de su totalidad, el seguro no aplica, no te recuperan nada, o en su defecto vence el contrato (un año, dos, tres…) y éste nunca fue utilizado. Casual.  

Pero para una persona joven y con un empleo informal, o para un estudiante conseguir un auto pudiera ser 1) fácil para los llamados hijos de papi que con estirar la mano, una lagrimita o simplemente pedirlo, se les concede su deseo como si contaran con la lámpara de Aladino. Y por otra parte, 2) difícil para los jóvenes que no tienen la suerte de gozar de la ayuda de un proveedor millonario, los jóvenes que saben que las cosas, sean cual sean, tienen su sacrificio y su valor en trabajo, los pocos y contados que  hacen el propósito por ahorrar y administrar el poco o mucho ingreso económico que obtienen a través de un trabajo propio. Con el fin aspiracional de poseer un carro aunque sea antiguo y en malas condiciones. El estatus o la necesidad lo pueden más.

Y es que tener un auto no sólo es adquirirlo, ser feliz por el hecho y sentirse superior a los faltos del mismo, sino, es mucho más que ello, sobre todo en la edad previa a la madurez o a un trabajo estable y bien remunerado.


El contar con un automóvil prácticamente es prepárese para la maternidad o paternidad, sea el caso.  Pues el mantenimiento de un unidad automovilística es similar, o sino la misma que criar a un bebe o consentir a una novia que lo pide todo.

Tener un auto implica mantenimiento, cuidados y tiempo. Es tener un buen hábito en el manejo económico, la habilidad de ahorrar. Esto, porque es imprevisible cuando es que pueda necesitar un servicio mecánico por una descompostura, una alineación, un balanceo; o ahorrar para la tenencia, la verificación, la licencia para conducir y su renovación,  y que decir de la gasolina que va en un aumento incontrolable y sin solución.

Tener un automóvil es de gran ayuda para cualquier emergencia o alguna necesidad básica. Facilita la movilidad rápida y “segura” de sus usuarios, sobre todo en estos tiempos de tráfico y vida acelerada.

Pero en mi opinión, creo es más fácil tener una novia caprichosa que un automóvil. Como sea, si te encuentras en una situación económicamente difícil, a la novia puedes  posponerle  las citas en lo que recuperas tu estado financiero, pero un carro, sin gasolina y sin mantenimiento difícilmente podrá funcionar, y lo peor es que entre más postergues su mantenimiento y uso, los gastos incrementarán.

¿Estás listo para la responsabilidad?


Karly Noguez

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