SILENCIO ACEPTADO.
Por: Sol Campero.
Existen constantes en las
manifestaciones a las cuales son convocados las y los jóvenes hidalguenses: el
ausentismo, la indiferencia e incluso la falta de respeto; la burla hacia
quienes por convicción verdadera prenden hacer escuchar sus inconformidades
ante un sistema político que tiene al país en el oscurantismo de la ignorancia,
el peor de los males que parece propagarse como un virus mortal entre los que toman el micrófono sólo para acallar
con falsas pretensiones y discursos huecos, los motivos reales de las
manifestaciones.
Una y otra vez se cuenta la
misma historia, líderes de cristal incapaces de propagar ideales,
desorganización, falta de comunicación entre grupos y como siempre rencillas
ajenas a la convocatoria, esta vez de paro nacional, expresada por los consejos
interuniversitarios para el 5 de octubre de 2014, por el motivo que desde hace
un mes sacudió al país, la desaparición de 43 jóvenes normalistas y que al día
de hoy se han convertido en eco entre el silencio aceptado de sus congéneres,
quienes por miedo o en el peor de los casos por comodidad han dado la espalda a
la responsabilidad social que les corresponde.
Lamentablemente este hecho llegó con una generación temerosa de
expresarse, culparla sin embargo sería lanzar la primera piedra, ¿cómo
pretender realizar un cambio, si al interior de su misma casa de estudios
encuentran represión, desaliento? Se debe ir de menos a más, dando el ejemplo
de verdadera autonomía, de emplear los valores de los que tanto se presume, no
teorizar, sino actuar conforme a lo que se dice, en resumidas cuentas hay que
ser coherentes y no tratar de fingir que se apoya a un movimiento social,
cuando la realidad es otra, cuando no se puede entablar un dialogo con los
líderes más próximos y por su puesto cuando nosotros mismos no entendemos que
la manifestación no debe ser impuesta por otros, debe surgir de una reflexión crítica
del contexto de violencia y opresión por el que pasa la nación.
Twitter:@LeonoraZolezkaa
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