PARA
LA HORA DEL CAFÉ
POLICÍA DE PACHUCA,
LA POLÉMICA “AGRESIÓN”
Joel Sánchez Rodríguez
@JoelSanRadar
La noche del
miércoles 12 de noviembre se difundió ampliamente vía redes sociales y blogs,
la presunta agresión a una madre de familia y a sus hijos por parte de la
policía municipal de Pachuca, en las inmediaciones del Instituto CEDRUS y el
Hospital Intermédica, ambos en el bulevar Colosio de la capital hidalguense.
La narración
de los violentos hechos se volvió casi viral en Facebook, donde al día siguiente
circuló la fotografía de una mujer golpeada, a la que falsamente se relacionaba
con los hechos; cuando la imagen llegó a la RED de Periodistas Hidalgo
integrada por comunicadores de diversos medios y distintas regiones, los
reporteros comenzaron a indagar y entonces si reaccionó el gobierno del alcalde
Eleazar García para responder.
La tardía
versión oficial de los hechos llegó 23 horas después de ocurridos, cuando ya
miles de personas habían exigido en las redes sociales, por lo menos una explicación.
Así de poco le importa la opinión pública al “ciudadano” alcalde.
La versión
oficial es muy distinta a la que han difundido los testigos y a la revelada en
las primeras horas; según la Secretaría de Seguridad, fueron sus policías los
agredidos por la señora; ellos solo respondieron a la agresión y la sometieron,
para lo cual requirieron la presencia de al menos 10 patrullas en el lugar,
remitiéndola a la galera de la corporación, donde “ella reconoció su falta” y
el uniformado le otorgó el perdón “de manera desinteresada”.
Si creemos
en todo a la autoridad, pareciera que la señora fuera una salvaje y los
policías unos indefensos que solo en bola, armados y con esposas pudieron
controlarla; si no hubieran llegado tantos gendarmes, quién sabe qué suerte
habrían corrido los uniformados, pobrecitos.
Normalmente
cuando un ciudadano retrata o graba a un policía, se expone a una golpiza e
incluso a la cárcel, pues reaccionan como arbitrarios energúmenos; en el caso
de la señora fue al revés, el policía la grababa y ella se le fue encima y lo
golpeó, hasta pareciera que la policía era ella; quizás hasta podrían
contratarla, si es que la violencia es su verdadera vocación.
El cómo
ocurrieron los hechos es posible que ya no se sepa; de lo que no hay duda es de
que aunque en este caso la policía fue la víctima según la versión oficial; en
el contexto general la corporación mantiene atemorizada a la gente, por su
ineficiencia y corrupción; por la constante extorsión de que hacen objeto a los
ciudadanos y por el amedrentamiento que estilan hacia cualquiera por el menor
motivo a sin él.
El polémico
suceso es oportunidad para analizar la permanencia de su secretario de
seguridad en el cargo; José Manuel Mayorga antes de asumir la titularidad, era
el director de la cárcel de Pachuca y por ello no extraña que sus policías
actúen como carceleros frente a la sociedad en general; que tiene motivos de
sobra para ver en la corporación, a un organismo al cual hay que temerle, en
vez de confiar en él.
Por algo
será que más de 100 elementos serán dados de baja por no aprobar los exámenes
de control de confianza y eso que les son aplicados por policías, de otro rango
o división, pero policías al fin.
Es bueno
saber que no todos los uniformados están cortados con la misma tijera, y que en
medio de tanta podredumbre, hay policías inocentes que por cumplir su deber, se
exponen a ser víctimas de madres de familia y sus hijos, en sitios tan
peligrosos como las inmediaciones de un colegio de ricos. Obviamente, las dudas
persisten.
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Twitter:
@joelsanradar
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