Yo no soy #Ayotzinapa
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Eduardo Cervada
Si, de
igual forma, tal cual afirmara el texto que divaga en TUMBLR titulado “Nosotras no somos Ayotzinapa”. Por mi parte, exclamo ¡Yo
tampoco soy Ayotzinapa!
Mis
razones podrían ser casi las mismas, NO soy normalista, no soy pobre,
no soy indígena, no soy campesino. No soy rebelde social. ¿Qué soy entonces?
“Estudiante” de PERIODISMO, seguidor
de masas, consumidor de productos extranjeros, amante de cine Hollywoodense y
del pop.
No es
que sea indiferente, tampoco vivo en mi burbuja de irrealidad y fantasía. Por
el contrario, como estudiante de Periodismo y
como ciudadano es mi obligación informarme. Al igual que pocos, ‘me trago’ lo
que los medios de comunicación habituales me dicen. Es claro que las redes
sociales se están convirtiendo en otro espacio de noticias, unas con sabor a
verdad y otras con sabor a mentira.
No
necesito ser Ayotzinapa para saber que en México no se goza de libre expresión
y que como futuro periodista correré peligro inminente si me atrevo a hablar
mal de algún funcionario público o de algún personaje ilustre de nuestra
política corrupta.
No
necesito ser Ayotzinapa para saber que al menos 85 periodistas fueron asesinados
entre 2000 y 2013, y otros 20 desaparecieron entre 2005 y 2013; donde “casualmente”
las autoridades “no han conseguido investigar adecuadamente” estos delitos.
Repito,
NO necesito ser Ayotzinapa para sentir rabia y coraje por lo que sucede en
México porque al igual que ustedes me indigna la situación en la que nos
encontramos sumergidos, donde de ella florece corrupción, impunidad, secuestros,
delincuencia organizada, inseguridad, represión a la libre expresión y un
sinfín de malestares que aquejan entre penumbras y sombras a los ciudadanos de
este país. Pese a lo que mencioné, reitero ¡Yo no soy Ayotzinapa!
Concuerdo
con muchos de ustedes, podría afirmar que lo ocurrido en Iguala, a normalistas
de Ayotzinapa (También a algunos periodistas) fue un crimen perpetrado por el
mismo estado, quienes en un sistema patriarcal y autoritario castigaron a quienes
adoptaron una ideología contraria a beneficio solo de ellos; pero no todos
somos esos 43 normalistas. Ayotzinapa es solo un fragmento de la descomposición
precaria de nuestro país. Me cansaría Al igual que Murillo Karam si
menciono cada uno de los problemas a los que México y sus ciudadanos tienen que
afrontarse. Algunos peores que otros.
¿Entonces?
Empecemos ahora por nosotros mismos. Hagamos lo que las marchas y los paros laborales/estudiantiles
no harán: Cambiar. Cambiemos. Informémonos, evitemos el sesgo. Eduquemos,
prediquemos con el ejemplo. Como ciudadanos, exijamos. Y redundo, NO soy ajeno al dolor y NO necesito
ser Ayotzinapa para sentir rabia y coraje por lo que sucede en mi país.
¡Buena vibra!
Eduardo Cervada
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