Texto
con sabor a despedida
Facebook: Eduardo Cervada
Twitter: @LaloCervada
Una de las palabras más
difíciles de pronunciar sin duda alguna es aquella que en sus cinco letras
implica separación, física o espiritual.
Alguna vez dije, “Soy mejor en
las despedidas que tú” y es que pareciera que el destino forzaba a que el adiós
se convirtiera en algo cotidiano en mi vida, admitiré que no dolía, sin
embargo, después dolió.
Mis cuatro fantásticos San Ignacences
(Karla, Miguel, Jorge, Suyín) y los 4 del puerto Mazatleco (Fer, Yosi, Julio,
Erick) sin duda alguna marcaron mi etapa de adolescente entre la playa, películas
y cerveza. Sin duda alguna, cuando cada quien tomó un rumbo distinto, se nos
partió el corazón.
Otro adiós que marcó mi vida,
fue el de un amor. Un amor que duró menos que el olvido, porque hasta el día de
hoy han pasado ¾ de un año y el recuerdo perdura.
Y hoy queridos lectores, me
corresponde decir hasta siempre a ustedes. No fui continuo, sin embargo muchos
de ustedes fueron fieles a mis escritos.
Digo hasta pronto a mis
compañeros y amigos de clase (Sol, Karla, Liz, Jessie, César, Alma, Paco, Fer,
Mi Socia, Laura, Silvia, Dania). Quienes por dedicados pertenecerán un semestre
adelante que el mío.
Doy gracias infinitas a
Joel Sánchez, mi profesor de Periodismo de opinión, quien nos motivó a escribir
y a pensar cada semana en este blog y en lo personal inculcó en mí aún más la
pasión y el amor por el periodismo.
Gracias a ustedes.
Nuevamente, este es un cierre,
un nuevo ciclo, recuerden, la felicidad es nuestro camino. ¡Buena vibra y hasta
siempre!
Eduardo
Cervada