El estrés
Lizbeth Hernández
@liiZ_zh
Queridos y apreciables lectores con estos cuantos renglones termino mi aventura de “columnista por un semestre”, cosa que no fue más que un ejercicio propuesto por uno de mis profesores de periodismo, ahora me doy cuenta que hay miles de millones de temas sobre los cuáles escribir, pero sin inspiración y verdaderas ganas de comunicar, no se puede aportar gran cosa en los blogs, bueno eso no es justificación para algunos temas que me saqué de la manga minutos antes de terminarse el tiempo que tenía para enviar mi columna, sin embargo creo que para las actividades que desarrolle en este lapso creo que mis columnas tampoco pudieron ser tan malas, sólo espero que unos cuantos leyeran todo lo que escribía semana tras semana. El tema que manejaré esta vez y con el que pienso despedirme es: El estrés, el cual según algunas definiciones se toma como un sentimiento de tensión física o emocional.. En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden para prepararse para la acción: El corazón late más fuerte y rápido, la mente aumenta el estado de alerta, los sentidos se agudizan. Lo que en situaciones apropiadas puede salvarnos la vida, se convierte en un enemigo mortal cuando se extiende en el tiempo. Para muchos, las condiciones de hacinamiento, las presiones económicas, la sobrecarga de trabajo, el ambiente competitivo, etc., son circunstancias que se perciben inconscientemente como amenazas. Esto les lleva a reaccionar a la defensiva, tornándose irritables y sufriendo consecuencias nocivas sobre todo el organismo. Por esto cuando las personas sienten estrés lo mejor es buscar maneras de hacerle entender al cuerpo que no existe una situación de peligro y así no terminar padeciendo este pesado problema.
Twitter: @liiZ_zh
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