Los otros dos tipos de Mexicanismos
César Ruiz Hernández
Los
mexicanismos restantes, nuestra tercera y cuarta categoría no son tan
extremistas como los primeros dos, pero si tienen sus peculiaridades. Los
neologismos, principalmente anglicismos y corrientes globalizadas son atraídos por
grupos alrededor del mundo que insisten en no encontrar una identidad, pero
esto no lo pretenden hacer o no lo manejan intencionalmente, sino es parte de
la multifacética sociedad en la que actualmente nos encontramos. A esto remito
ya que nos asemeja a la siguiente distinción del mexicanismo.
Le corresponde el tercer espacio a aquel mexicano que sólo
es mexicano porque nació aquí, ni el himno nacional merece su estatus, bueno
así lo cree. Es un ser que aparenta ser de otra sociedad, su vestir es
agringado o en ocasiones afrancesado, no se percibe de ninguna forma como hijo
del maíz. Alaba cualquier producto
mercadológico extranjero de “primer mundo”, desde la nueva película que es un
derrame de efectos especiales sin contenido hasta un filme completo quizá
similar a novelas locales, pero con artistas de “clase mundial”. Son mexicanos
que si pudieran fácilmente, se trasladarían a otro país sin remordimiento de
origen, buscando acoplarse a un mundo más a su placer y menos conflictivo y
rodante como el que se vive en nuestro territorio.
Esta persona es un ícono fuerte del consumismo, espera ansiosamente
la llegada del próximo iphone para sentirse pleno y con categoría, prefiere ir
a bares o antros con nombres en inglés, generalmente fresas y gusta de deportes
comunes pero de ligas extranjeras. Nunca es suficiente un triunfo de su nación
para justificar el nivel de la misma, al contrario cuestiona si fue real, si no
compraron el campeonato, título o premio, es incrédulo a dichas situaciones.
Prefiere las cabelleras güeras y la piel clara; lo arriesgado y triste del caso
es que exprime las actitudes de los extranjeros, pero mayormente las que
discriminan o minimizan a los demás. Es decir son racistas o prefieren apoyar a
un cantante guapo que a uno talentoso, disfrutan más una modelo bailar que a
una escritora debatiendo, apoyar a un pueblo extranjero que protesta contra su
gobierno que protestar contra el suyo propio.
De verdad es una situación preocupante, una constante de la
falta de identidad y un apego sólido a dominios internacionales de estereotipos
e imágenes de denostación social, en pocas palabras son un espejo del ser
víctima del imperialismo cultural.
Otro caso, quizá no tan trágico, es uno de los más comunes, imagino
que muchos se identificarán con el siguiente y último tipo de mexicanismo. Es
un actuar clásico y típico de casi cualquier país, es aquel ciudadano
inconforme de lo que sucede en su país, hablando específicamente de procesos
político-sociales, es aquel que convive con la familia, amigos y demás, de una
forma coloquial y general. Es alguien que pretende vivir para progresar y se
identifica con su país, pero no lo suficiente; sólo en sus gustos musicales,
efemérides importantes y artistas o exponentes de carácter popularmente
importante.
Es quien vive al día, come lo que se puede y en ocasiones lo
que gusta, lee todo tipo de escritos y publicaciones y consume productos de
cualquier origen, es predecible como factor de comercio, pero no en extremo
como el punto anterior. Sale, pasea, conoce, viaja y se siente parte de un
México, pero conoce las deficiencias estructurales del mismo, su gran y única
luz como chispa de iluminación es precisamente la esperanza de que pase algún
milagro para construir su nación de nuevo.
Lo cierto es, que alejándonos un poco de los tipos y
categorías de mexicanos que somos, es que nuestro país desarrolla infinidad de
aptitudes y actitudes que repercuten en nuestro pueblo, mismo que debe
presentarse como unidad, no sólo cuatro sino infinidad de revoltijos de
contrastes, esto debe ser en lo cultural o en lo ideológico, así se vuelve
caos.
Twitter: @cesar_Rue
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