Un poco de Historia, más de
Reflexión
Itzel Jiménez Cruz
@Itzel_Justice
En esta ocasión, comentare sobre
el rebozo, una prenda que se ha servido más que nada como un accesorio para las
mujeres a lo largo del tiempo. Y digo accesorio, porque en estos días ya ha
perdido su verdadero fin. Surgió por la necesidad que tenían las mujeres de
cubrirse la cabeza para entrar a los pueblos, o desde tiempos muy remotos, era
un auxiliar para transportar cosas y cubrirse del frío. Pero con la llegada de
los españoles, se introdujeron la lana y la seda, por lo que se modernizó el
rebozo. Se transformó en un pedazo de tela a la que se le añadieron hilos
metálicos y otro tipo de fibras finas, por lo que ridículamente, las ordenanzas
de la Real Audiencia de la Nueva España, señaló los lineamientos para el uso de
este accesorio y por supuesto a la clase indígena no se le permitió usar un
rebozo bonito y colorido, sino uno austero y sin adorno.
¿Qué se creían, que simplemente porque lo decían podían decir
quién si y quién no podía usar un rebozo
con colores llamativos y adornos? De cualquier forma, ha servido para las
mujeres para muchas cosas y no solo para adornar la vestimenta. También ha
adoptado significados culturales o ha fungido como forma de expresión. Por
ejemplo, en México, el mojar la punta del rebozo en el agua de la fuente,
significa que la mujer o joven, piensa en el hombre amado. Por otro lado, en
Michoacán, si la mujer tiene anudado el rebozo en la punta, significa que
quiere casarse.
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