Sol Campero
El tiempo no se detiene pero algunos hechos
son atemporales, la delincuencia por ejemplo, todos los días despertamos con noticias no muy alentadoras
sobre la inseguridad, por ello no es raro pensar que algún suceso desafortunado
pueda ocurrirnos, ¿está mal
culparnos de paranoicos?
Nadie está exento de ser víctima de los amantes
de lo ajeno, aquellos que ya no tienen hora para llevar a cabo sus fechorías,
el cinismo es una de las características de estos tipos que a plena luz del día
y a la vista de todos atacan a sus víctimas.
Podrían pensar que mi afirmación es exagerada
o poco realista, pero según las últimas
estadísticas del INEGI, la criminalidad aumentó 16.9 por ciento en
2012 respecto a 2011, si bien esta cifra es impactante, lo es más el hecho de que
muchas víctimas prefieran ahorrarse el proceso burocrático y tedioso de hacer
la denuncia, ese mismo años sólo se
denunciaron el 12.2% de los delitos, de los cuales el 64.7% llevó al inicio de
una averiguación previa ante el Ministerio Público.
Esta es la parte que debe llamar la atención
de los sistemas de justicia en México, la poca efectividad en sus funciones
hace que los ciudadanos no crean en
ellos y muchos tomen medidas como evitar salir a las calles, sin embargo privarse de la libertad sería lo mismo que encarcelar inocentes.
La delincuencia tiene un trasfondo social tan
hondo que no se puede rellenar con soluciones superficiales, es necesario darle la cara a la la desigualdad económica,
la deficiente educación, la falta de
oportunidades laborales y valores, para encontrar soluciones que mejoren la
impartición de justicia.
Twitter: @LeonoraZolezka
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