domingo, 17 de agosto de 2014

Una para llevar: De amores imaginarios...

De amores imaginarios a imposibles.
@EduardoCervada

Esta columna va dedicada, a mi Finn. 


La obra que escribiera William Shakespeare y lo saltara a la fama ha emergido de entre sus páginas para posicionarse en historias reales y del día a día. Hablemos por esta ocasión de “un amor a la Romeo y Julieta”.

Siempre he creído en este sentimiento y más aún en los amores imposibles. Que créanme,  tengo muchos algunos. Justamente hace unos días, identificado con el tema, leí un artículo que me sorprendió.

EL texto explicaba que según psicólogos esta manía de enamorarse idealizando a alguien puede clasificarse en cuatro tipos: Amor fantasma, amor narcisístico, amores delirantes y los amores difíciles. Los cuatro con una característica principal común, un amor que jamás podrá ser consumado.  

Expresa Julieta Venegas en su canción Amores Platónicos: “Que revolución hay en mi corazón y eso sin haberme acercado a tu balcón” y pareciera tener razón, porque la inseguridad que nos rodea, frena la posibilidad de acercarnos a nuestro amor imposible y hace conformamos con solo verlo; diminuto o mínimo contacto hace que nuestro estómago y corazón revoloteen.

El origen de esto, para mí, es complejo de inferioridad. El creer que alguien es mejor que tú, añadirle virtudes que tal vez no tiene, idealizarlo, conlleva a convertirlo inmediatamente en un amor que jamás podrá materializarse.

¿Quién de nosotros no ha tenido un amor platónico? Tal vez mi respuesta es Todos. A través de este sentimiento avivado por la imaginación podríamos descubrir el camino de lo que realmente deseamos en el amor, lo peligroso sería estancarnos en ese mito.

Sin embargo lo ideal es perder el miedo, ganar seguridad, acercarnos, conocer y  finalmente amar.











Eduardo Cervada


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