El silencio de la afición

Marisol Lara
@Marisolinski

En el mundo del fútbol al igual que en la vida todo es temporal; a veces se gana, se pierde o se empata, los equipos obtienen títulos o fracasan, hay equipos que están acostumbrados a ganar y logran títulos consecutivos, pero todos estamos expuestos a los cambios, a tener altos y bajos; sé que este suele ser el típico pretexto de algunos equipos para justificar sus fracasos e incluso es el argumento que más de un aficionado utiliza para defender a su equipo, y es válido porque todos tenemos cierta conciencia de que es real. 

Cada que termina un torneo las directivas de los equipos en teoría evalúan el desempeño del equipo y deciden el rumbo que se debe de tomar, se considera qué es lo que se hizo bien y que estuvo mal, evalúan el desempeño de los jugadores y definen quién se queda y quién sobra en la institución, sale la lista de transferibles, y en teoría llegan al conocidísimo draft consientes de sus necesidades; lo cual incluye presupuestos, posiciones, prioridades; los visores deportivos ya tienen en la mira a algún jugador en especifico que tiene las cualidades para encajar en el equipo, o en teoría esa es la idea antes de fichar a algún jugador; pero la realidad es muy diferente, ya que en la mayoría de los casos el encargado de decidir quién se queda y quién se va es el director técnico, el decide como quiere armar al equipo, y la verdad es que tiene lógica, a fin de cuentas él es quien se va a encargar del acomodo táctico y en teoría es el que tiene más conocimiento sobre el plantel, ya que trabajan hombro con hombro todos los días en la cancha; el director técnico es el primero en saber qué es lo que está mal, y consciente o inconscientemente evalúa: que el problema es que los jugadores no se entienden en la cancha, que no entienden lo que se debe de hacer y que la solución al problema es llevar al equipo jugadores que estén familiarizados con el parado táctico que él maneja; en pocas palabras nada es su culpa, entonces habla con la directiva y llegan a un acuerdo, es un secreto a voces que hay jugadores que son intocables y no están a la venta, ya sea porque la afición los quiere o porque al dueño del equipo le conviene tenerlos y también se sabe que hay equipos que no tienen un presupuesto tan amplio como para armar a un equipo al gusto del técnico; pero en fin, se hace lo que se puede, en la mayoría de los casos el técnico deportivo se sale con la suya y hace del equipo lo que quiere, compra y vende a su conveniencia y entonces ya no puede poner de pretexto que no tiene a los jugadores que él quería. 

Pero, ¿Qué se supone que se debe de hacer cuando el que falla es el técnico? No hay un manual, no hay reglas que seguir, aunque muy generalmente la respuesta es cesar al técnico de su cargo, en lo que llevamos de torneo ya “volaron las cabezas” de tres de ellos; el primero José Luis Trejo de los Pumas, el cual sumo cuatro derrotas al hilo y fue despedido apenas en la jornada 4 del torneo, después en la jornada 6 Rubén Omar Romano del Puebla con un saldo de un triunfo, 3 derrotas y 2 empates y una jornada después los Xolos decidieron despedir a César Farías quien durante el torneo obtuvo un triunfo, 4 empates y 2 derrotas; al quite por parte de Pumas llegó Guillermo Vázquez, mientras que el Puebla apostó por “Chelís” Sánchez Solá y los Xolos contrataron a Daniel “el travieso” Guzmán, ellos serán los encargados de salvar a sus respectivos barcos, ¿lo lograrán o morirán en el intento? Eso está por verse. 

Es evidente que algo está fallando en el interior de las instituciones futbolísticas, ya que nadie arma a un equipo para perder, pero el cuidado que pone el director técnico en elegir a sus jugadores, no es el mismo que pone la directiva al elegirlo a él; es por eso que cada torneo al menos un técnico es despedido, y entonces el nuevo técnico tiene que adaptarse a las características de su plantel, porque considerando la circunstancia en la que llega no se puede poner exigente y caemos en un círculo vicioso ¿No sería más fácil decidir bien desde el principio esperar y respetar los procesos? Pilas señores, pilas.

Twitter: @Marisolinski