domingo, 24 de agosto de 2014

Editorial

Apenas el once de agosto pasado fueron promulgadas las leyes secundarias de la reforma

energética por el jefe del ejecutivo federal, misma reforma que lejos de ser un sustento

tecnológico y económico para el país (tal como los promocionales televisivos y radiofónicos no

se cansan de presumir), ha causado más controversia que cualquier otra ley aprobada en las

últimas siete décadas, precisamente cuando se promulgó otra reforma de la misma rama pero

de carácter muy diverso a la actual (1938).

La reforma presentada en Agosto del año pasado y aprobada el once de Diciembre por el

senado de la república, en su principal estatuto estipula que: se podrán otorgar contratos

para la extracción y exploración de hidrocarburos del subsuelo a sectores sociales y privados a

cambio de pago en función o en especie. Esto termina completamente con el simbolismo del

18 de Marzo y el heroísmo patriótico al que nos condujo Lázaro Cárdenas en 1938. El artículo

27 queda desincorporado de sus orígenes.

El primer paso de esta acción (considerada por los partidos izquierdistas como la mayor

traición a México en cuanto a recursos energéticos) lo dieron al consolidar el pacto por

México, el cual logró su objetivo al mayoritear profanamente una votación que convino a

las altas cúpulas. Por otra parte el Partido de la Revolución Democrática que en sus papel

dentro del pacto mencionado, abandonó sus posturas contrarias a las conservadoras que

manejan el PRI-PAN y votó a favor de la aprobación de la mayoría de las llamadas “reformas

estructurales”, ahora irónicamente buscan llegar al millón doscientos mil firmas para lograr

una consulta popular y revertir su humilde opinión, es decir, echarse para atrás por algo que

prácticamente unánimemente aceptaron. Ésto, no sólo les costó una mala reputación, ni una

división interna, sino una separación hasta ahora indefinida de quien se prevé como la máxima

fuerza izquierdista nacional, encabezada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López

Obrador (MORENA), partido recién incorporado a la planilla, quien trabaja la recolecta de

firmas al igual que el partido del Sol, aunque Los Obradoristas aseguran haberlas juntado.

Finalmente los hábiles triunfadores, en esta sucesión de dimes y diretes y de posturas

verdaderamente contrarias, no fueron solamente el partido del poder, también recibieron su

hueso los panistas. Pero los importantes actores aún no protagónicos, son los inversionistas

extranjeros, y las grandes petroleras, que con un pie sobre nuestros recursos energéticos

organizan su próximo movimiento.

Lo importante a resaltar, es la división que existe en la población en cuanto a posturas sobre

este tema y la influencia que nuestros principales medios de comunicación asumen sobre

el país. En fin, esta telenovela con un final al parecer plantado, ya está comenzando, los

populismos aumentan para bien o mal de los políticos y empresarios; y como siempre, los

ciudadanos nos quedamos sin voz ni voto en estas decisiones.

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