Apenas el once de agosto pasado fueron promulgadas las leyes secundarias de la reforma
energética por el jefe del ejecutivo federal, misma reforma que lejos de ser un sustento
tecnológico y económico para el país (tal como los promocionales televisivos y radiofónicos no
se cansan de presumir), ha causado más controversia que cualquier otra ley aprobada en las
últimas siete décadas, precisamente cuando se promulgó otra reforma de la misma rama pero
de carácter muy diverso a la actual (1938).
La reforma presentada en Agosto del año pasado y aprobada el once de Diciembre por el
senado de la república, en su principal estatuto estipula que: se podrán otorgar contratos
para la extracción y exploración de hidrocarburos del subsuelo a sectores sociales y privados a
cambio de pago en función o en especie. Esto termina completamente con el simbolismo del
18 de Marzo y el heroísmo patriótico al que nos condujo Lázaro Cárdenas en 1938. El artículo
27 queda desincorporado de sus orígenes.
El primer paso de esta acción (considerada por los partidos izquierdistas como la mayor
traición a México en cuanto a recursos energéticos) lo dieron al consolidar el pacto por
México, el cual logró su objetivo al mayoritear profanamente una votación que convino a
las altas cúpulas. Por otra parte el Partido de la Revolución Democrática que en sus papel
dentro del pacto mencionado, abandonó sus posturas contrarias a las conservadoras que
manejan el PRI-PAN y votó a favor de la aprobación de la mayoría de las llamadas “reformas
estructurales”, ahora irónicamente buscan llegar al millón doscientos mil firmas para lograr
una consulta popular y revertir su humilde opinión, es decir, echarse para atrás por algo que
prácticamente unánimemente aceptaron. Ésto, no sólo les costó una mala reputación, ni una
división interna, sino una separación hasta ahora indefinida de quien se prevé como la máxima
fuerza izquierdista nacional, encabezada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López
Obrador (MORENA), partido recién incorporado a la planilla, quien trabaja la recolecta de
firmas al igual que el partido del Sol, aunque Los Obradoristas aseguran haberlas juntado.
Finalmente los hábiles triunfadores, en esta sucesión de dimes y diretes y de posturas
verdaderamente contrarias, no fueron solamente el partido del poder, también recibieron su
hueso los panistas. Pero los importantes actores aún no protagónicos, son los inversionistas
extranjeros, y las grandes petroleras, que con un pie sobre nuestros recursos energéticos
organizan su próximo movimiento.
Lo importante a resaltar, es la división que existe en la población en cuanto a posturas sobre
este tema y la influencia que nuestros principales medios de comunicación asumen sobre
el país. En fin, esta telenovela con un final al parecer plantado, ya está comenzando, los
populismos aumentan para bien o mal de los políticos y empresarios; y como siempre, los
ciudadanos nos quedamos sin voz ni voto en estas decisiones.
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