“Frente y detrás de un concurso”
por Karly Noguez
Semanas de preparación, nervios invadiendo el 100 por ciento mi persona y una incertidumbre que no permitía conciliar mi sueño, todo ello para que un anhelo de excelencia se haya esfumado.
Frente y detrás de un concurso, una inmensa gama de variables que pueden beneficiar o perjudicar los sueños y metas de una persona; sucede a menudo en cualquier tipo de competencia, una competencia donde se supone “los mejores contendientes permanecerán en ella”.
¿Pero qué sucede cuando dicho concurso se encuentra predeterminado?
Lo anterior es un fenómeno que en México sucede con frecuencia. La sociedad mexicana está acostumbrada a conformarse con lo menos, a querer conseguir u obtener algo de la manera más fácil y rápida posible y sobre todo a sobrepasar a los demás sin importar las consecuencias, lo único es ganar.
Pero ganar no solo es la palabra, no solo es el premio, no solo es conseguirlo; es trabajar día con día en una actividad en la que te sientes capaz y sabes que tienes la habilidad para desarrollarla, es obtener ese primer lugar como consecuencia de un gran esfuerzo y lucha limpia, de una competencia legal donde no existan intermediarios quienes con el simple hecho de “mover influencias” o “palancas” hagan que el esfuerzo de muchos participantes que dan todo en el escenario se desvanezca en un “gracias por participar”, “tú eres de los mejores pero no se pudo” o “sigue así, ya será para la otra”, cuando realmente el público conocedor del tema y el que no lo es, coincidieron en que la premiación no fue la correcta.
Entonces, ¿Quién se equivocó, los jueces o los más de 800 espectadores que sintieron, disfrutaron o se desilusionaron con cada actuación? No es una interrogante que tenga que ir más allá de una severa investigación sino de un simple factor calificador, el sentimiento que provocó cada canción, cada voz, cada vestuario, y, del mejor talento.
Twitter: @92Noguez
Mail: strellitadelsur_92@hotmail.com
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