Me había negado a escribir sobre el equipo de mis amores, ese que me ha dado muchas alegrías y últimamente puras decepciones, el más ganador y el más popular, ese que arrastra el prestigio cada que se para en una cancha de fútbol y que es incapaz de llenar su propio estadio, el mismo que se juega el descenso cada jornada; en efecto: El Club Deportivo Guadalajara.
Dicen “que no hay peor ciego que el que no quiere ver” y creo que es cierto, durante años ser de chivas fue sinónimo de triunfos, campeonatos y compromiso, de garra, lucha esfuerzo y pasión, los jugadores defendían la camiseta como si de ello dependiera su vida y la afición se entregaba en cada canto, la vida se iba en cada grito de gol y los campeonatos eran la cumbre de la felicidad, lo más deseado, añorado y obtenido, me habría gustado que el “campeonísimo” durara para siempre, pero en esta vida todo es temporal y el equipo fue perdiendo a sus íconos, la generación de oro se agotó y salieron al quite una nueva camada de deportistas que crecieron viendo e idolatrando a sus antecesores.
Corría el año 2005 cuando se oficializó la venta del equipo al empresario Jorge Vergara, hubo una restructuración en todos los sentidos, nueva directiva, nuevos preparadores físicos, nueva dinámica de trabajo y nuevos jugadores con la consigna de hacer resurgir al campeonísimo (ojala hubiera sido así).
En estos 9 años ha pasado de todo, un campeonato, el “Bofo” Bautista, Osvaldo Sánchez, “Chepo” de la Torre, Ramón Morales, “Chicharito” Hernández, John van't Schip y el proyecto de Johan Cruyff, Omar Arellano, nuevo estadio, foto oficial anual controversial, desplegados de escándalo, Fernando Quirarte, Lavolpe y la fisioterapeuta, clásicos ganados, muchos más perdidos y torneos para el olvido que lo han llevado a tener que luchar por la permanencia en primera división; así es, este torneo las Chivas iniciaron en el penúltimo lugar de la tabla de cocientes sólo por encima del recién ascendido Leones Negros de la UDG.
Esto conllevó a una nueva reestructuración; desde el preparador de fuerzas básicas, pasando por el director técnico y presidente deportivo, el regreso de Luis Michel y Salcido y la llegada de Nápoles, Reyna, Toledo y el “Guamerúcito”; es una lástima que no hayan cambiado de dueño.
El inicio de torneo parecía prometedor, un triunfo y un empate no estaban mal, recuerdo que alguien comentó: “Ha sido un buen inicio de torneo” y pensé: “Lo es, porque las Chivas no han perdido”.
Después vinieron los amistosos en EUA y volvimos a la cruda realidad, perder por la mínima contra el Bayern Múnich salió barato, los jugadores lo sabían y lo usaron como justificación “nos pudo haber ido peor” era la idea detrás de sus declaraciones; el no poder aceptar que se jugó mal y que debieron de haber sido goleados es inverosímil, no es posible que sean incapaces de hacer un análisis real, salir después de cada derrota diciendo que van a mejorar o que ya se está mejorando no es más que una mentira; no lo digo yo, lo dicen los resultados 3-0 vs Milán, 3-0 vs Pachuca, 3-1 vs Coras, 1-0 vs Santos, malas marcaciones, errores infantiles, el equipo no ataca, no defiende, no maneja el balón, no corre, vamos ni siquiera se le ven ganas; Neta ¿Piensan permanecer en primera división jugando así? No sé qué pasa por la cabeza de los jugadores y directiva, si no soportan la presión o si creen que el dinero y el nombre los va a salvar, si no quieren o si no pueden, recuerdo la frase: “Si no pueden renuncien”, pero ya dejen de denigrarse.
Habrá los que digan “las cosas no están tan mal” (yo solía ser una de ellas), se ganó contra el Zacatepec, pero no hay nada que festejar, el estadio estaba prácticamente vacío, me parece lamentable, pero entendible, la afición ya está harta de las derrotas, de tantas decepciones, promesas incumplidas y represiones, hay que exigir y presionar; siempre he sido de la idea de apoyar incondicionalmente, de querer a mi equipo en las buenas y amarlo en las peores, pero en el mundo futbolístico en donde a los directivos los mueve el dinero creo que la ausencia de afición es la única manera de alzar la voz, de lograr llamar la atención; y eso no significa falta de compromiso, todo lo contrario, como fieles seguidores de un equipo, hacer lo que la afición de Chivas hoy hace es una clara y espero que contundente muestra de amor por la camiseta.
Twitter: @Marisolinski
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