El racismo hacia los negros
Lizbeth Hernández
Y no es que el racismo tenga algo de genial ni mucho menos, pero desde
comienzos del siglo XX ya en Estados Unidos se veía la presencia de dicho
fenómeno. Un caso muy famoso es el que se vivió en las olimpiadas del 68,
aquí en México, ya que al sonar el himno, en el podio de los 200 metros, los
norteamericanos Tommy Smith y John Carlos, medalla de oro y de bronce
respectivamente, descalzos, simbolizando la pobreza de los negros, bajaron la
cabeza y alzaron los puños cerrados, con un guante negro, como símbolo del
Black Power (Poder Negro), un movimiento que surgió en los años 60 en defensa
de los derechos de las personas negras. "No representamos a los Estados Unidos,
sino al pueblo negro de los Estados Unidos", dijeron. Esto les costó bastante pues
ambos fueron expulsados del equipo nacional y sufrieron las consecuencias a su
regreso. Pero no sólo ellos sino también el australiano Peter Norman, medalla de
plata, quien simpatizaba con los ideales de estos atletas. Después de este acto
de valor, los atletas norteamericanos fueron condenados al exilio, abandonando
paulatinamente el deporte, y junto con sus familias fueron amenazados de
muerte. Ahora, en pleno siglo XXI el racismo hacia los negros sigue vigente y por
los actos recientes, no desaparecerá pronto. Por ello debemos hacer conciencia
y defender a los que lo sufren, empezar por no llamarlos “afroamericanos”,
cuando no sabemos su verdadera nacionalidad, o “personas de color”, cuando
todas las personas tenemos color. Son seres humanos, poseen sentimientos,
derechos, obligaciones y su color es el negro, no hay nada de racista en decirles
así, siempre y cuando seamos conscientes de su valor como personas.
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