domingo, 24 de agosto de 2014

Una experiencia negativa que cambia la vida positivamente

Llegó un momento en esta semana que me dejó pensando en mi

infancia, me hizo reflexionar sobre mis inicios en la comunicación,

o más bien dicho en mi frustrado deseo de ser un futbolista

convertirse en otro deseo de estudiar comunicación. Resulta

que donde estoy haciendo mi servicio social es una asociación

civil sin fines de lucro llamada “Peraj” en la cual resaltamos la

importancia de crear vínculos afectivos, sociales, escolares, a fin

de ayudar a un niño (amig@) a tener un pleno desarrollo infantil.

En medio del curso de capacitación para comenzar activamente

como tutor, nos dejaron pensar en algunos momentos que marcaron

positivamente nuestra infancia, que sencillo, dirán algunos. Es genial

cuando tu vida estaba delimitada por la sacro santa hora en la que

transmitían Dragon Ball Z y tus horarios para salir a jugar, donde

nuestra máxima preocupación solo recaía en coleccionar estampas

o tazos. Pero que tal para aquellos que no pueden contar con tanta

facilidad y confianza su traumante infancia, seguramente con

extraños matices de dolor y angustia su desarrollo infantil terminó

siendo una experiencia terrible, de ese tipo de experiencias que

prefieres enterrar en el olvido, Hoy quiero resumirte como una mala

experiencia se transformó en el resorte que me ayudó a elegir mi

rumbo como estudiante.

En contexto de los recuerdos que fluían en mi cabeza, llega a mí

aquella imagen que nunca se me olvidara; donde yo me encontraba

jugando libre y felizmente futbol en un campo extenso y forrado

de pasto; llega uno de mis amigos y con entusiasmo me cuenta que

ese día vendrían unos visores de las fuerzas básicas de Pachuca

para elegir a posibles jugadores que comenzarán desde las fuerzas

básicas. Admito que en ese momento no pensaba en otra cosa que

no fuera futbol, aunque admito que con mucho nervio y miedo cumplí

con éxito mi prueba, el entrenador dio oportunidad a todos los

que aquel día jugaron en partidos de entrenamiento. Sin embargo

para tener la admisión completa al nuevo equipo fundado, se

necesitaba de en aquel entonces una escandalosa cuota que en ese

momento no tenía, por lo tanto con mucho desánimo deserté de la

opción de jugar futbol, mi vida en ese momento quedó paralizada

por la impotencia de no poder lograr mi sueño, sin embargo esa

decepción me orilló a buscar un nuevo pasatiempo en el consumo

de la televisión. Para algunos habrá sido una opción bastante mala

el estar todo el tiempo frente a la televisión, pero en realidad

significó un mundo nuevo de comunicación que penetró de tal

manera mi pensamiento, que de inmediatamente decidí que lo

siguiente que haría es estudiar comunicación.

La genialidad de la producción televisiva, y el arte audiovisual

llegaron a cautivar de tal manera mi vida, que sin dudar mi carrera

se convertiría en un futuro la comunicación, sería así como un

ejercicio de reflexión que expuse en mi servicio social me daría

de qué hablar en esta columna, ya que a través de una decepción

en mi niñez pude aclarar mi cabeza y elegir parte de lo que hoy es

mi futuro, bastante fructífero por cierto, ya que gracias a Dios he

tenido muchos buenos momentos.


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